Cuauhpanco 20 años en escena

Cuauhpanco 20 años en escena

PRINCIPIOS

Hay muchas maneras de hacer teatro, nosotros desde 1995 lo hacemos juntos como un festejo, como un juego, como un homenaje a la vida. Lo hacemos con pasión y disciplina convencidos de haber encontrado en su praxis una excelente herramienta para el desarrollo humano. Plural, diverso, heterogéneo, constante, incansable, popular, caótico, divertido, comprometido, trabajador, folclórico, unido...

Hacer Teatro en Oaxaca es un reto, la provocación de su acción casi siempre nos coloca en el margen de lo imposible. Lo hacemos también a pesar de todo, a veces hasta de nosotros mismos.

Es evidente que las circunstancias son similares en el resto del País y en muchos otros lugares del mundo. En muestras, encuentros y festivales se oyen los mismos problemas, falta de espacios, recortes presupuestales, apatía y desinterés de las autoridades, grupos privilegiados, falta de apoyo. También esa es la realidad aquí en Oaxaca, un estado al Sur de México en donde bien nos podemos preguntar ¿Hay lugar para el teatro? a quí en medio de tanta miseria, de tantos contrastes, de tanta corrupción, impunidad y violencia? Y desde hace 18 años la respuesta es SI, aquí más que en ningún otro lado.



jueves, 16 de junio de 2011

De barbas y faldas largas

Texto: Teresa Valenzuela
Dirección: Wagive Turcott

Después de 10 años del Programa Nacional de Teatro Escolar en Oaxaca tocó por primera vez el turno a Cuauhpanco. Con una asesoría de la Casa del Teatro y todo su equipo, estrenamos en octubre de 2004.
Teníamos apenas 2 funciones en el Teatro "Alavaro Carrillo" Sede oficial del programa, cuando la entonces Secretaria de Cultura, mandó llamar al grupo y le dijo que el programa se iba a cancelar porque el Gobernador cambiaba la sede de la Cámara de Diputados para el Teatro y que: Lloráramos a la una, lloráramos a las dos pero así iba a ser. Nos fuimos al Teatro Alcalá y sólo dos funciones bastaron para que la respuesta oficial fuera que ese teatro no era para un programa de esa naturaleza. Otra vez sin espacio... llovían las propuestas por parte de todos los integrantes y de algunos funcionarios que sabían la importancia del programa... y si nos fuéramos a donde era la Cámara? La directora llevó la propuesta de convertir ese espacio en un nuevo Teatro, que además hacía mucha falta y lo aprobaron, sólo que para ese entonces no había Teatro, sólo las ruinas de lo que había sido la Cámara de Diputados y un odio arraigado de todos los manifestantes (que aún hoy día) pasan y agreden el lugar. Empezamos a dar funciones entre los curules y ya entrada la temporada veíamos la fuerza que cobró la obra en ese espacio. La obra de Teresa Valenzuela, tiene una trama sencilla pero contundente: Una niña que quiere ser bufona y se enfrenta a la imposición absurda de leyes y normas que su padre (el rey) dictamina en aquel lugar. La obra termina con un juicio al rey, quien es enviado al calabozo junto con los inocentes que ha mandado ahí por sus absurdas leyes. Apenas se empezaba a visualizar la extendida inconformidad hacia el gobierno Ulisista que dos años más tarde terminaría en una revuelta social. Pero en aquel tiempo en lo que ahora es el hermoso Teatro Juárez, sin agua, entre escombros, entre ratas... hacíamos las presentaciones y eran maestros y niños los que gritaban eufóricos ¡Calabozo al Rey! ¡Justicia para el pueblo!

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